Los inmigrantes y el terrorismo
( Publicado en Revista Creces, Agosto 2002 )

Durante los últimos años, dos preocupaciones parecen acaparar la atención del mundo desarrollado: "los inmigrantes ilegales y el creciente terrorismo". En la última reunión de los quince jefes de Estado de la Unión Europea, celebrada en Sevilla, se analizaron ambos problemas. Son también estos mismos los que preocupan al Gobierno de los Estados Unidos. En ambos casos, los inmigrantes y los terroristas, han sido enérgicamente condenados y para combatirlos se anuncian rigurosas medidas.

Cerca de medio millón de ilegales llega anualmente a los países europeos, ingresando desde los países del este de Europa y los Balcanes o por el Mar Mediterráneo, provenientes de Africa y Asia. A su vez, a Estados Unidos ingresa casi un millón de emigrantes anualmente, provenientes de Centro y Sudamérica y de diferentes países asiáticos.

Parecen dos problemas que nada tienen en común, sin embargo no cabe duda que obedecen a la misma causa: "la pobreza sin esperanza". Muchas pueden ser las razones de por qué tanta gente arriesga tanto para salir de su país natal y emigrar a donde no es bien venido. Pero sin duda que la principal es la desesperación. Basta observar el mapa de las migraciones que aquí acompañamos (ver mapa). La gran migración proviene de Asia, Africa y de Sur y Centro América, donde en la actualidad existen mil doscientos millones de personas que viven con menos de un dólar diario, en condiciones infrahumanas, sin trabajo, sin agua en sus casas y en pésimas condiciones sanitarias. De allí vienen los que arriesgan todo, hasta su propia vida, por cruzar una frontera.

Allí está también la causa última de la violencia, que alcanzó su máxima expresión el 11 de Septiembre del 2001. Centralizar todo en el fanatismo Islámico de un Bin Laden, es simplificar el problema. En el futuro podrá capturarse éste y muchos otros líderes de grupos terroristas, pero mientras prevalezcan las condiciones actuales, sin duda que aparecerán muchos más, con nuevas y más violentas prácticas terroristas.

Dejadas las cosas como están, todo parece indicar que a futuro, las desigualdades se incrementarán. Basta señalar que en los próximos 20 años habrá dos mil millones de nuevos habitantes, y ellos en su gran mayoría estarán en el mundo pobre. Si la tendencia actual continúa, en 10 años más habrán en el mundo pobre, 27 ciudades tanto o más grandes que Nueva York, pero insalubres y hacinadas.

Podemos imaginar el planeta Tierra como un gran platillo volador que nos lleva por el espacio. ¿Será posible en el futuro que en el mismo platillo conviva el gran bienestar con la gran miseria?. Es el creciente mundo pobre el que en sus esfuerzos por sobrevivir destruye el recurso tierra, tala los árboles y bosques, avanza en la desertificación, erosiona por sobre explotación las tierras marginales, todo lo cual afectará a todos los tripulantes del platillo: no es sólo un problema de justicia igualitaria para todos los tripulantes del platillo, sino un problema de sobrevivencia de los mismos. Ya no se podrá continuar recluyendo la miseria al patio trasero, y como ya lo estamos viendo, no habrá barreras que la puedan contener.

El mundo rico podrá continuar tomando medidas para combatir el terrorismo y la inmigración ilegal, pero será como tratar de tapar el Sol con una mano. Por la propia sobrevivencia de la especie, las medidas que se deberían tomar son de otra naturaleza y de otra magnitud. Ojalá así lo entienda el mundo que posee los recursos en abundancia.


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